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lunes, 28 de enero de 2008

MUJERES FONTANIEGAS PIDIENDO AGUINALDO

El balance económico de la guerra de Marruecos, en el bienio 1920-21, fue francamente desastroso para la Hacienda española. Se gastaron 211,5 millones de Ptas. en el conflicto, para obtener un resultado malo. Los desastres de este año, como los de Annual y Monte Arruit, pusieron en evidencia que a pesar de lo gastado, los medios del ejército son anticuados e insuficientes. La modernización del material bélico se hace indispensable, pese a que ya se ha comenzado a enviar nuevo material en el pasado mes de septiembre.

Los desastres, la falta de triunfo significativo y el coste tan elevado de la contienda hacen que la importante corriente abandonista, que se desarrolla desde hace algunos años, se reafirme. Tanto es así, que en los programas electorales de las formaciones políticas, como la socialista, se presenta el abandono de Marruecos y la repatriación de los españoles que se encuentran en la zona, como un fin primordial.
En Fuentes de Andalucía el martes 15 de noviembre de 1921, hubo una reunión de señoras que junto al párroco de la localidad, don Manuel González López, conocido en Fuentes por “el cura Marta”, en la cual se trató de la forma de recaudar fondos, para el aguinaldo de Navidad a los soldados de esta localidad, que prestaban sus servicios en África y que entendían que el Ayuntamiento debiera contribuir con una considerable cantidad, puesto que dicha suscripción era patrocinada por este municipio, tuvieron una reunión con el alcalde, don José María Conde Herce y con el teniente de alcalde don Manuel de Cárdenas Aguilar.

En esta foto se puede ver el enterramiento de los caídos en Arruit. En ella un capellán castrense bendiciendo los restos. Fuera del recinto, se vislumbra el camión que los transportó hasta el improvisado cementerio en cajones, uno de los cuales aparece aun lleno de huesos junto a la fosa, que se encuentra parcialmente cubierta de cal. Al fondo y arriba el fuerte de Monte Arruit.


En el pleno celebrado el lunes 21 de noviembre, constituido por los siguiente señores: el alcalde, José María Conde Herce; y los concejales Manuel de Cárdenas Aguilar, Juan Carrera Flores, Francisco Pruna Miranda, Antonio Márquez Andrade, Juan Manuel Gallardo Lora, Antonio Díaz García, José Soto Duran, Martín Cantalejo Ramos, Teodomiro Aguilar López, Francisco Morillo Caro, José Fernández Lora, Eufemio Barcia Adalid, Francisco Medrano Vega. Se acordó lo siguiente:
«Deliberó largamente la Corporación sobre el particular y visto que la idea es caritativa y patriótica hasta lo sumo, por unanimidad acordó contribuir con la cantidad de 250 pesetas, con cargo al capitulo de imprevistos quedando autorizado el Alcalde para que ordene se libre la cantidad acordada».


Salvo los militares, contento en conjunto con la guerra, eran muchísimo más los que veían que las colonias ya no sólo no daban prestigio a España, sino que eran un gravamen demasiado pesados, tanto económicamente como en vidas humanas.

En el carnaval de 1922, la estudiantina del Clarín cantaba una murga en forma de carta, Luis de “la Gamerita” era su autor:

Melilla, tres de enero,
de mil novecientos veintidós.
Querido amigo:
Un favor de ti espero,
que no digas lo que te escribo.
Hace tres días que me encuentro
en un hospital metido,
que defendiendo un convoy,
de un balazo caí herido.
Los soldados, a montones,
mueren cuando entramos en acción
y aunque tenemos cañones,
no hay vergüenza ni valor.
También en los campamentos,
pasamos hambre y fatiga,
y aunque pasemos tormentos,
nada a mis padres les digas.
No tenemos ropa ni comida,
la miseria nos come y nos mata;
nos llevamos toda nuestra vida,

defendiendo minas granujas y piratas.