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miércoles, 10 de septiembre de 2008

PRIMER ACCIDENTE MORTAL DE AUTOMOVIL


Este año se ha cumplido el centenario del primer accidente de tráfico con victima. Tuvo lugar en el término municipal de Fuentes de Andalucía, el lunes 25 de mayo de 1908.

Sobre las dos de la tarde el Gobernador Civil recibió un telegrama del alcalde de Fuentes de Andalucía, don Francisco Javier de la Escalera y Fernández de Peñaranda, participándole que:
“En la carretera general de Madrid a Sevilla, y a siete kilómetros del puente inmediato al desvió de Fuentes de Andalucía, un automóvil ha quedado destrozado, resultando muerto uno de los viajeros y heridos otros varios.”

Tan pronto como se hizo pública la noticia del accidente, una inmensa ansiedad se apoderó de toda la clase política de Sevilla, temiendo que la desgracia hubiera alcanzado a personas muy queridas en la capital, de las que se sabía que salieron en automóvil con dirección a Córdoba para visitar su feria de mayo.
Varios amigos de las familias que se suponían víctimas de la catástrofe, y cuyos nombres se trataba de ocultar, para evitar las naturales alarmas, organizaron una expedición a Fuentes para cerciorarse y socorrer a los heridos.

Desde el momento en que se supo que un automóvil se había estrellado en la carretera general, se sospechó que fuera el que conducía a los señores, marques de las Cuevas del Becerro (don Marcos Castrillo y de Medina), marques La Granja y marques Marchelina, así como al coronel de Caballería, señor Reina.

Desgraciadamente, la sospecha se iba ha confirmar. Un segundo telegrama que le llega a las tres de la tarde al Gobernador le dan cuenta de que el accidente del automóvil:
“Ha costado la vida al marqués de las Cuevas del Becerro, resultando también el marqués de Marchelina con una pierna fracturada. El corone Reina ha resultado ileso; el marqués de la Granja, propietario del automóvil, y el chauffeur han recibido heridas y lesión sin importancia.”

La noticia produce en Sevilla, gran consternación, se trata de personas muy queridas en la capital, cuyas familias, emparentadas con gran parte de la aristocracia española y con la clase política, gozan de grandes simpatías.
El marqués de las Cuevas del Becerro, don Marcos de Castrillo y Medina, había regresado de Madrid, donde hacia unos ocho días le habían cruzado Caballero de la Orden de Calatrava.
El juez municipal de Fuentes de Andalucía, don José María Conde Herce, acudió al lugar del siniestro acompañado del secretario del Juzgado municipal don Manuel Sillero, haciéndose cargo del cadáver del marqués de las Cuevas del Becerro y conduciéndole a la casa del alcalde de Fuentes.

El marqués de Marchelina y los demás expedicionarios también fueron alojados en el domicilio de la citada autoridad, en calle Marques de Nervion (General Armero). El Juzgado de instrucción de Écija llego a Fuentes de Andalucía, dando principio a las diligencias oportunas.
La estación telegráfica de Fuentes, que por aquel año estaba en la calle Fernando de Llera, era de servicio limitado, recibido orden del Ministerio de la Gobernación, para que su servicio fuese permanente y durante toda la noche.

Además del telegrama que el alcalde de Fuentes de Andalucía le mandó al Gobernador Civil referente a la desgracia ocurrida, mandó otro a don Sebastián Panadero, amigo íntimo del marqués de las Cuevas del Becerro y amigo del alcalde de Fuentes, encargándoles, en nombre de los otros compañeros de expedición, que comunicase a la familia, con las reservas que el caso requería, la infausta nueva.

También encargaba el telegrama que se pusiera en camino el administrador del marqués de la Granja, acompañado de médico y botiquín.
La marquesa de las Cuevas del Becerro paseaba en carruaje por las Delicias en Sevilla, cuando tuvo conocimiento de la desgracia de su esposo.
Al regresar a su domicilio, le dieron cuenta de haber ocurrido un accidente al automóvil en que el marqués había salido con dirección a la feria de Córdoba, ocultándole la magnitud de la catástrofe. Sin embargo, la marquesa se obstinó en marchar a reunirse con su esposo en Fuentes de Andalucía, partiendo en automóvil. Le acompañaba el doctor Raúl Noel y el médico del regimiento de Villaviciosa, don Francisco Gaznarez.
Son muchas las versiones que se daban respecto a la forma en que el accidente había ocurrido. Lo que parece más cercano a la verdad es que los expedicionarios llevaban una velocidad de 40 kilómetro por hora, y al llegar a una vuelta de la carretera general, en el sitio llamado “El Molino del Pino”, entre los kilómetros 480 y 481, no pudo el que guiaba moderar el ímpetu del “carruaje para virar útilmente”, cayendo el automóvil por un terraplén de no mucha altura, pero de forma en que el vehículo volcó, cogiendo debajo a los viajeros.

Según cuenta el diario ABC del 26 de mayo:
“Hablando la noche del domingo el marqués de las Cuevas del Becerro con don Hilario del Cameño, le dijo que pensaba ir a Córdoba en automóvil a presenciar la corrida del lunes 25 de mayo. El señor del Cameño intentó disuadirle, argumentando que no merecía las molestias del viaje porque no era un buen cartel. Iguales razones dio a su hermano, el marqués de Marchelina, pero ni uno ni otro desistieron de su proyecto.
El automóvil salió de Sevilla a las siete y media de la mañana. Llegando los excursionistas a Carmona sobre las nueve y media de la mañana, donde se detuvieron unos minutos. A las once y cuarto llegaron a Fuentes, donde se tomaron un vino del pueblo, entrando después en un trozo de camino accidentado de la carretera nacional cuarta, que se denomina Molino del Pino. En este trayecto el marqués de la Granja, que conducía, acentuó la velocidad para llegar a Écija a hora de almorzar. Fue entonces cuando, yendo a 40 kilómetros por hora, se le rompió un neumático y ocurrió el vuelco saliendo despedido el coronel Reina y quedando los otros viajeros aprisionados debajo del coche."

El momento que se vivió, según el diario ABC, fue angustiosísimo. El motor seguía funcionando, “el chauffeur” gritaba anunciando que aquello iba a explotar, y ni a costa de los mayores esfuerzos podían moverse.
Pasó a poca distancia un chiquillo que intentó mover el coche, sin conseguirlo. Corrió el muchacho, avisando a unos cabreros, vecinos de Fuentes, que por allí cerca apacentaban sus cabras, y los cabreros, en número de cinco, lograron levantar “el carruaje”.

El espectáculo que se presentó a sus ojos no era para describirlo, según el citado periódico.
El marqués de las Cuevas yacía muerto, presentando un aspecto horrible, a su lado los heridos lanzaban agudos lamentos; el coronel Reina, que luego pudo apreciarse estaba ileso, permanecía inmóvil, sin conocimiento.

Avisado el alcalde del pueblo, don Francisco Javier de la Escalera, acudió al lugar del suceso, acompañado del juez don José María Conde Herce, del secretario del Juzgado municipal don Manuel Sillero, y de los médicos locales, señores Mazuelos y don Servando Anaya, con cuatro carruajes.
Los médicos procedieron a curar al marqués de Marchelina, que tenía una pierna fracturada. Resistió la cura valerosamente, encargando a los médicos:
‘‘Que se esmerasen para que ambas piernas quedasen iguales, pues un militar no podía quedar cojo’’.

En tren especial salieron con dirección a Fuentes de Andalucía, el conde del Fresno, los marqueses de Arco Hermoso y Miraval, y don Juan Nadal, varios amigos y deudos de la marquesa de las Cuevas y de la Granja y un médico, dicho tren llegaría a Fuentes sobre las once de la noche.

Los casinos, las tabernas y el círculo conservador de Fuentes, cerraron sus puertas en señal de luto, poniendo también un crespón negro en la fachada de las puertas..
Los vecinos de Fuentes igual que los visitantes elogiaron la conducta del señor alcalde por las acertadas disposiciones que había adoptado, disponiendo lo necesario para la asistencia de los heridos y para que el cadáver fuese expuesto en capilla ardiente en el Ayuntamiento de la localidad.

Inútil añadir la honda impresión que causo el accidente en el pueblo de Fuentes. El marques era conocido en el pueblo, con estrechos vínculos familiares, con la familia del marqués de Nervión, oriundo de la localidad y por ser senador vitalicio y presidente del partido conservador.
A las cinco y veinte de la mañana llegaron a Sevilla el tren especial conduciendo a los automovilistas y el cadáver del marqués de las Cuevas.

En el andén de la estación los esperaban muchos amigos y la ambulancia de la Cruz Roja, con los doctores Sánchez y Mensurado, y dos camillas. También esperaban dos oficiales y varios soldados de Villavidiosa con una camilla.
El cadáver del marqués de Cuevas, encerrado en un ataúd construido en Fuentes, iba en el furgón contiguo y acomodado en una cama de hierro, el marqués de Marchelina.
Primeramente se sacó el féretro, que en lujoso carro fúnebre fue llevado al domicilio del finado, donde se instalo la capilla ardiente.

Después, y con grandes precauciones, fue sacado del furgón del tren, la cama en que reposaba el herido y conducido al cuartel de Villaviciosa.

En Madrid produjo una penosa impresión la desgraciada muerte del marqués de las Cuevas del Becerro. Era senador vitalicio, y había desempeñado elevados cargos, entre ellos la Dirección General de Comunicaciones. Recientemente se había cruzado como Caballero de Calatrava.
Su hermana era la esposa del general don Camilo García de Polavieja y del Castillo Ex ministro, y era tío del ministro de Instrucción Pública don Lorenzo Domínguez Pascual.
El subsecretario de Gobernación fue el encargado de comunicar la fatal nueva al general Polavieja y a su esposa tan pronto como se conoció oficialmente, se pusieron en camino para Fuentes, en un tren especial desde Madrid.
En la estación de Fuentes lo esperaban la Corporación en pleno junto al alcalde don Francisco Javier de Escalera y Fernández de Peñaranda y los concejales, don José González Hernández, don Manuel Lozano Hernández, don Antonio Conde Hidalgo, don Sebastián Gamero Gómez, don Ricardo Lozano Hernández, don Luis de Soto Adalid, don José Muñoz López, don Julio Velázquez Ruiz, don Castro Larios Grajera, don Luis de Soto Adalid, don Millán Herce Cárdenas, don José M. Caro Ruiz, don Juan Jiménez Flores y don Francisco Ruiz y Ruiz.
“El ministro don Lorenzo Domínguez Pascual, que estaba por casualidad en Sevilla, también estuvo, á última hora de la tarde, en el pueblo de Fuentes de Andalucía, y desde allí comunicó telegráficamente con Gobernación en Sevilla.»
Según el diario ABC, del martes 26 de mayo de 1908.



En la edición del periódico ABC del miércoles 27 de mayo de 1908 hay una foto del marqués de las Cueva del Becerro, en la página 4, se ve como quedó el automóvil, pero en la Hemeroteca municipal de Sevilla nos prohibieron sacarle fotos.

En la página 6, viene la crónica del entierro de la víctima:
«El entierro del marqués de la Cuevas del Becerro ha sido una imponente manifestación de duelo, en la que ha tomado parte cuanto en Sevilla hay de significación.
El féretro fue sacado de la casa mortuoria por los hijos del marqués de Nervión y marqués de Esquivel. El duelo lo presidían, el alcalde de Fuentes de Andalucía, el capitán general, gobernadores civil y militar de la Diputación, comandante de marina, el alcalde de Sevilla, el marqués de Nervión y el vizconde del Fresno.»
En dicho kilómetro, hay una gran cruz de piedra, recordando tal fatalidad. Hoy día es conocido aquel lugar como «La Cruz del Marqué».










Telegrama oficial comunicando el accidente del marques



Para más información:
Periódico ABC de los días 26 y 27 de mayo de 1908.
En el libro de don Juan Antonio Escobar ‘‘Trafico de antaño’’:
http://www.senado.es/cgigbin/BRSCGI?CMD=VERDOC&BASE=HISE&DOCN=000000819