Vistas de página en total

lunes, 13 de octubre de 2008

ELECCIONES GENERALES A CORTES, 8 MARZO 1914

Comienza el 1914 con la disolución de las Cortes liberales, acompañada de la consiguiente convocatoria electoral.
Eliminado Antonio Maura de la Jefatura del partido conservador, en la que es sustituido por Eduardo Dato Iradier, la atmósfera política sé transforma en la mansa y tibia atmósfera de las corrupciones.

Los liberales veían también asegurada por largo tiempo la rotación regular y pacífica de los partidos, que la intransigencia de Antonio Maura había hecho siempre azorosa y arriesgada.
La propaganda electoral de los partidos no fue en esta ocasión tan activa ni violenta como otras veces.

Los conservadores obtendrían, con la benevolencia de los liberales, una gran mayoría que les permitiría gobernar con holgura y comodidad; los liberales esperarían su turno.
Así sucedió, los electores dieron 235 diputados al partido conservador, 75 al partido liberal y 15 a los republicanos, aparte de 17 diputados a la “Juventudes mauristas”.
Al frente del Gobierno estaría Eduardo Dato Iradier
Por el distrito de Fuentes de Andalucía se presentaría el conservador datista José Bejumea Cardeñas, jefe del partido conservador de La Campana, no tuvo ninguna dificultad en imponerse al liberal independiente José Mª López y López.
La propaganda maurista se caracterizó en el distrito de Fuentes, por la dureza de sus ataques al candidato del Gobierno y al funcionamiento del sistema político en general.

Un panfleto fue repartido por Fuentes de Andalucía, donde en conclusión decía:
«Un candidato inhábil se cubre con el escudo gubernamental para amparar sus injusticias, atribuyéndole, presentándole como instigador de ominosas persecuciones (...).
El momento es decisivo para la juventud de Fuentes: ¡o rectifican o rectificamos!».

En el Gobierno Civil, se recibió la tarde del lunes 9 de marzo, del jefe de Vigilancia dando cuenta de que en Fuentes de Andalucía la lucha era muy “empeñada”, y sé hacia difícil prever el resultado de la elección, y anunciaba que telegrafiaría después del escrutinio.
El diputado provincial don José Centeno telegrafió al Gobernador Civil desde Fuentes de Andalucía, comunicándole que el alcalde, Sebastian Molina Soto, llevaba a cabo coacciones y protestaba de la conducta de aquél.
A las cuatro de la tarde, después de unas horas propias de siesta, originada por la digestión laboriosa del almuerzo de los interventores, comenzó el escrutinio en todos los colegios de Fuentes de Andalucía.
En algunos pasó desapercibido este acto, no así en otros colegios del centro del pueblo, donde el público se aglomeraba a la puerta para saber el resultado de la elección.
Al terminar el escrutinio, los guardias de Seguridad que prestaron servicio en las puertas de los colegios llevaron los datos al juez. Dando la votación como vencedor a don José Bejumea Cardeñas, por el partido conservador, venciendo por una diferencia de 1.135 votos.
Las autoridades locales tomaron muchas precauciones para evitar las alteraciones del orden público. Además de la vigilancia que se practicaba cerca de los colegios electorales se han constituido varios retenes de policía municipal en los edificios públicos; recorriendo también los colegios más apartados varias parejas de la Guardia Civil.

Las precauciones han sido inútiles por completo, pues durante toda la mañana ha reinado la más absoluta normalidad.
Sólo han ocurrido los pequeños incidentes de rigor en estos casos. Algunos votantes falsos que han sido descubiertos y mandados a paseo, y algunas rondas volantes que fueron deshechas.
En el colegio electoral del Pósito se presento H.L.O., para emitir el sufragio. Le dijeron que había votado, y el hombre protesto ruidosamente.
Un interventor republicano manifestó entonces al votante que para votar tenía que llevar la cédula personal, el recibo de la contribución ó el del impuesto sobre el inquilinato.
Marchase el elector, y volvió al poco rato, trayendo los documentos que le habían exigido.
En el Circulo Liberal, cuyo domicilio estaba en la calle Carrera, la concurrencia fue grande, estando allí, como es lógico, los primates del partido local, que comentaban el resultado de la jornada.
En el Circulo Conservador, cito en la calle Marques de Nervión, también había gran animación, mostrándose los concurrentes satisfechos de la votación obtenida en Fuentes de Andalucía.
Se hablaba con entusiasmo de la gran mayoría obtenida por el señor Bejumea Cardeñas.
Al final los resultados fueron:
Écija: Bejumea, 3447, López 169.
La Campana: Bejumea 857.
Fuentes de Andalucía: Bejumea, 1153; López, 18.
El comentario del diario gráfico independiente de Sevilla ‘‘Figaro’’ del martes 10 de marzo de 1914:
« (...) no puede darse farsa más ridícula que la que ayer pasó en medio de la indiferencia general en el distrito de Écija, La Campana, La Luisiana y Fuentes de Andalucía (...)».
El candidato derrotado don José Mª López y Lopez mandó al diario “El Liberal” un telegrama el día de las elecciones a las 10 horas y 35 minutos diciendo:
«Ruégole haga constar la indignidad política que me priva del acta de Écija.
En Fuentes de Andalucía y La Campana, por complacer a un cacique, no habrá elección, pues dícenme que está hecha, con pruebas materiales aducidas en denuncia presentada al Juzgado.
Aquí entusiasmo indescriptible. Más de dos mil electores concurrieron a mi casa anoche; pero hoy fueron rechazado la mayoría de los electores míos en los colegios, y sólo hay tres presididos por mis amigos.
El señor Martín Prat y el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Écija han dimitido, y les seguirán otros en su digna actitud.»
A final de marzo, el candidato derrotado por Fuentes de Andalucía, dirige otro telegrama desde Écija al periódico “El Liberal” donde:
«Gracias por su información imparcial. En la sección primera de Fuentes de Andalucía fue derrotado el candidato conservador, á pesar de los abusos inauditos, las coacciones, etc., que según me dicen los vecinos motivan una querella, que será presentada contra la autoridad.
En Écija tuve representación unas horas, en un solo colegio, obteniendo mayoría, y carezco de los datos exactos, porque se negaron á darme las certificaciones.
Esto, y el no habérsele dado posesión á mis interventores, originó protestas.
Además fueron detenidos dos interventores míos, en Fuentes de Andalucía, uno de ellos concejal.
Mañana salgo para Fuentes de Andalucía, no obstante hallo enfermo con fiebre, para asistir á la Junta de Escrutinio. José María López y López.»

Unos días más tardes estuvo en el Gobierno Civil el señor López y López, para que le fuera sellado un Manifiesto que dirige al pueblo de Fuentes de Andalucía.
El secretario del Gobierno Civil, no pudo acceder a los deseos del señor López y López, por estar fechada la hoja en Écija, y ser de la incumbencia del alcalde de dicha ciudad autorizar la circulación del Manifiesto.
En este dice el señor López y López que ha sido vencido por el amaño y la coacción de sus enemigos, sobre todo de La Luisiana y Fuentes de Andalucía.
El documento tiene importancia, pues a juzgar por las afirmaciones que en él hace el señor López, se propone adoptar determinaciones políticas de cierta índole, que modificarán su actual actitud.
Así se desprende el siguiente párrafo:
«Yo, después de lo ocurrido el día de las elecciones, me inclino á pensar que acaso el Destino me haya llevado por esos derroteros á ser el caudillo de la revolución en este Distrito.»
Termina el Manifiesto diciendo:
“Ante todo, derramemos una lágrima sobre el acta del señor Bejumea, naufrago de los procelosos mares del sufragio. Aquí yace...
Esperemos el día del Juicio Final, en que según es fama, cada hijo se irá con su padre, cada duro con su dueño y cada voto con su candidato.
Todo se ha perdido menos el honor.»

miércoles, 10 de septiembre de 2008

PRIMER ACCIDENTE MORTAL DE AUTOMOVIL


Este año se ha cumplido el centenario del primer accidente de tráfico con victima. Tuvo lugar en el término municipal de Fuentes de Andalucía, el lunes 25 de mayo de 1908.

Sobre las dos de la tarde el Gobernador Civil recibió un telegrama del alcalde de Fuentes de Andalucía, don Francisco Javier de la Escalera y Fernández de Peñaranda, participándole que:
“En la carretera general de Madrid a Sevilla, y a siete kilómetros del puente inmediato al desvió de Fuentes de Andalucía, un automóvil ha quedado destrozado, resultando muerto uno de los viajeros y heridos otros varios.”

Tan pronto como se hizo pública la noticia del accidente, una inmensa ansiedad se apoderó de toda la clase política de Sevilla, temiendo que la desgracia hubiera alcanzado a personas muy queridas en la capital, de las que se sabía que salieron en automóvil con dirección a Córdoba para visitar su feria de mayo.
Varios amigos de las familias que se suponían víctimas de la catástrofe, y cuyos nombres se trataba de ocultar, para evitar las naturales alarmas, organizaron una expedición a Fuentes para cerciorarse y socorrer a los heridos.

Desde el momento en que se supo que un automóvil se había estrellado en la carretera general, se sospechó que fuera el que conducía a los señores, marques de las Cuevas del Becerro (don Marcos Castrillo y de Medina), marques La Granja y marques Marchelina, así como al coronel de Caballería, señor Reina.

Desgraciadamente, la sospecha se iba ha confirmar. Un segundo telegrama que le llega a las tres de la tarde al Gobernador le dan cuenta de que el accidente del automóvil:
“Ha costado la vida al marqués de las Cuevas del Becerro, resultando también el marqués de Marchelina con una pierna fracturada. El corone Reina ha resultado ileso; el marqués de la Granja, propietario del automóvil, y el chauffeur han recibido heridas y lesión sin importancia.”

La noticia produce en Sevilla, gran consternación, se trata de personas muy queridas en la capital, cuyas familias, emparentadas con gran parte de la aristocracia española y con la clase política, gozan de grandes simpatías.
El marqués de las Cuevas del Becerro, don Marcos de Castrillo y Medina, había regresado de Madrid, donde hacia unos ocho días le habían cruzado Caballero de la Orden de Calatrava.
El juez municipal de Fuentes de Andalucía, don José María Conde Herce, acudió al lugar del siniestro acompañado del secretario del Juzgado municipal don Manuel Sillero, haciéndose cargo del cadáver del marqués de las Cuevas del Becerro y conduciéndole a la casa del alcalde de Fuentes.

El marqués de Marchelina y los demás expedicionarios también fueron alojados en el domicilio de la citada autoridad, en calle Marques de Nervion (General Armero). El Juzgado de instrucción de Écija llego a Fuentes de Andalucía, dando principio a las diligencias oportunas.
La estación telegráfica de Fuentes, que por aquel año estaba en la calle Fernando de Llera, era de servicio limitado, recibido orden del Ministerio de la Gobernación, para que su servicio fuese permanente y durante toda la noche.

Además del telegrama que el alcalde de Fuentes de Andalucía le mandó al Gobernador Civil referente a la desgracia ocurrida, mandó otro a don Sebastián Panadero, amigo íntimo del marqués de las Cuevas del Becerro y amigo del alcalde de Fuentes, encargándoles, en nombre de los otros compañeros de expedición, que comunicase a la familia, con las reservas que el caso requería, la infausta nueva.

También encargaba el telegrama que se pusiera en camino el administrador del marqués de la Granja, acompañado de médico y botiquín.
La marquesa de las Cuevas del Becerro paseaba en carruaje por las Delicias en Sevilla, cuando tuvo conocimiento de la desgracia de su esposo.
Al regresar a su domicilio, le dieron cuenta de haber ocurrido un accidente al automóvil en que el marqués había salido con dirección a la feria de Córdoba, ocultándole la magnitud de la catástrofe. Sin embargo, la marquesa se obstinó en marchar a reunirse con su esposo en Fuentes de Andalucía, partiendo en automóvil. Le acompañaba el doctor Raúl Noel y el médico del regimiento de Villaviciosa, don Francisco Gaznarez.
Son muchas las versiones que se daban respecto a la forma en que el accidente había ocurrido. Lo que parece más cercano a la verdad es que los expedicionarios llevaban una velocidad de 40 kilómetro por hora, y al llegar a una vuelta de la carretera general, en el sitio llamado “El Molino del Pino”, entre los kilómetros 480 y 481, no pudo el que guiaba moderar el ímpetu del “carruaje para virar útilmente”, cayendo el automóvil por un terraplén de no mucha altura, pero de forma en que el vehículo volcó, cogiendo debajo a los viajeros.

Según cuenta el diario ABC del 26 de mayo:
“Hablando la noche del domingo el marqués de las Cuevas del Becerro con don Hilario del Cameño, le dijo que pensaba ir a Córdoba en automóvil a presenciar la corrida del lunes 25 de mayo. El señor del Cameño intentó disuadirle, argumentando que no merecía las molestias del viaje porque no era un buen cartel. Iguales razones dio a su hermano, el marqués de Marchelina, pero ni uno ni otro desistieron de su proyecto.
El automóvil salió de Sevilla a las siete y media de la mañana. Llegando los excursionistas a Carmona sobre las nueve y media de la mañana, donde se detuvieron unos minutos. A las once y cuarto llegaron a Fuentes, donde se tomaron un vino del pueblo, entrando después en un trozo de camino accidentado de la carretera nacional cuarta, que se denomina Molino del Pino. En este trayecto el marqués de la Granja, que conducía, acentuó la velocidad para llegar a Écija a hora de almorzar. Fue entonces cuando, yendo a 40 kilómetros por hora, se le rompió un neumático y ocurrió el vuelco saliendo despedido el coronel Reina y quedando los otros viajeros aprisionados debajo del coche."

El momento que se vivió, según el diario ABC, fue angustiosísimo. El motor seguía funcionando, “el chauffeur” gritaba anunciando que aquello iba a explotar, y ni a costa de los mayores esfuerzos podían moverse.
Pasó a poca distancia un chiquillo que intentó mover el coche, sin conseguirlo. Corrió el muchacho, avisando a unos cabreros, vecinos de Fuentes, que por allí cerca apacentaban sus cabras, y los cabreros, en número de cinco, lograron levantar “el carruaje”.

El espectáculo que se presentó a sus ojos no era para describirlo, según el citado periódico.
El marqués de las Cuevas yacía muerto, presentando un aspecto horrible, a su lado los heridos lanzaban agudos lamentos; el coronel Reina, que luego pudo apreciarse estaba ileso, permanecía inmóvil, sin conocimiento.

Avisado el alcalde del pueblo, don Francisco Javier de la Escalera, acudió al lugar del suceso, acompañado del juez don José María Conde Herce, del secretario del Juzgado municipal don Manuel Sillero, y de los médicos locales, señores Mazuelos y don Servando Anaya, con cuatro carruajes.
Los médicos procedieron a curar al marqués de Marchelina, que tenía una pierna fracturada. Resistió la cura valerosamente, encargando a los médicos:
‘‘Que se esmerasen para que ambas piernas quedasen iguales, pues un militar no podía quedar cojo’’.

En tren especial salieron con dirección a Fuentes de Andalucía, el conde del Fresno, los marqueses de Arco Hermoso y Miraval, y don Juan Nadal, varios amigos y deudos de la marquesa de las Cuevas y de la Granja y un médico, dicho tren llegaría a Fuentes sobre las once de la noche.

Los casinos, las tabernas y el círculo conservador de Fuentes, cerraron sus puertas en señal de luto, poniendo también un crespón negro en la fachada de las puertas..
Los vecinos de Fuentes igual que los visitantes elogiaron la conducta del señor alcalde por las acertadas disposiciones que había adoptado, disponiendo lo necesario para la asistencia de los heridos y para que el cadáver fuese expuesto en capilla ardiente en el Ayuntamiento de la localidad.

Inútil añadir la honda impresión que causo el accidente en el pueblo de Fuentes. El marques era conocido en el pueblo, con estrechos vínculos familiares, con la familia del marqués de Nervión, oriundo de la localidad y por ser senador vitalicio y presidente del partido conservador.
A las cinco y veinte de la mañana llegaron a Sevilla el tren especial conduciendo a los automovilistas y el cadáver del marqués de las Cuevas.

En el andén de la estación los esperaban muchos amigos y la ambulancia de la Cruz Roja, con los doctores Sánchez y Mensurado, y dos camillas. También esperaban dos oficiales y varios soldados de Villavidiosa con una camilla.
El cadáver del marqués de Cuevas, encerrado en un ataúd construido en Fuentes, iba en el furgón contiguo y acomodado en una cama de hierro, el marqués de Marchelina.
Primeramente se sacó el féretro, que en lujoso carro fúnebre fue llevado al domicilio del finado, donde se instalo la capilla ardiente.

Después, y con grandes precauciones, fue sacado del furgón del tren, la cama en que reposaba el herido y conducido al cuartel de Villaviciosa.

En Madrid produjo una penosa impresión la desgraciada muerte del marqués de las Cuevas del Becerro. Era senador vitalicio, y había desempeñado elevados cargos, entre ellos la Dirección General de Comunicaciones. Recientemente se había cruzado como Caballero de Calatrava.
Su hermana era la esposa del general don Camilo García de Polavieja y del Castillo Ex ministro, y era tío del ministro de Instrucción Pública don Lorenzo Domínguez Pascual.
El subsecretario de Gobernación fue el encargado de comunicar la fatal nueva al general Polavieja y a su esposa tan pronto como se conoció oficialmente, se pusieron en camino para Fuentes, en un tren especial desde Madrid.
En la estación de Fuentes lo esperaban la Corporación en pleno junto al alcalde don Francisco Javier de Escalera y Fernández de Peñaranda y los concejales, don José González Hernández, don Manuel Lozano Hernández, don Antonio Conde Hidalgo, don Sebastián Gamero Gómez, don Ricardo Lozano Hernández, don Luis de Soto Adalid, don José Muñoz López, don Julio Velázquez Ruiz, don Castro Larios Grajera, don Luis de Soto Adalid, don Millán Herce Cárdenas, don José M. Caro Ruiz, don Juan Jiménez Flores y don Francisco Ruiz y Ruiz.
“El ministro don Lorenzo Domínguez Pascual, que estaba por casualidad en Sevilla, también estuvo, á última hora de la tarde, en el pueblo de Fuentes de Andalucía, y desde allí comunicó telegráficamente con Gobernación en Sevilla.»
Según el diario ABC, del martes 26 de mayo de 1908.



En la edición del periódico ABC del miércoles 27 de mayo de 1908 hay una foto del marqués de las Cueva del Becerro, en la página 4, se ve como quedó el automóvil, pero en la Hemeroteca municipal de Sevilla nos prohibieron sacarle fotos.

En la página 6, viene la crónica del entierro de la víctima:
«El entierro del marqués de la Cuevas del Becerro ha sido una imponente manifestación de duelo, en la que ha tomado parte cuanto en Sevilla hay de significación.
El féretro fue sacado de la casa mortuoria por los hijos del marqués de Nervión y marqués de Esquivel. El duelo lo presidían, el alcalde de Fuentes de Andalucía, el capitán general, gobernadores civil y militar de la Diputación, comandante de marina, el alcalde de Sevilla, el marqués de Nervión y el vizconde del Fresno.»
En dicho kilómetro, hay una gran cruz de piedra, recordando tal fatalidad. Hoy día es conocido aquel lugar como «La Cruz del Marqué».










Telegrama oficial comunicando el accidente del marques



Para más información:
Periódico ABC de los días 26 y 27 de mayo de 1908.
En el libro de don Juan Antonio Escobar ‘‘Trafico de antaño’’:
http://www.senado.es/cgigbin/BRSCGI?CMD=VERDOC&BASE=HISE&DOCN=000000819

viernes, 25 de julio de 2008

HACER ESQUINA DE CALLE MARQUESA DE ESTELLA

Pese a que cada día era mayor el número de enemigos que se alineaba frente a la Dictadura, el general don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja estaba resuelto a continuar hasta dar término «a la obra de engrandecimiento nacional» que se había trazado, tratando de evitar por todos los medios el que se volviera a «lo de antes».

Así lo hizo constar en la circular que el viernes 8 de junio de 1928 dirigió a los Jefes provinciales de la Unión Patriótica (el general don Gonzalo Queipo de Llano la llamaba «Urinario Público»):
«Hoy me iría a mi casa pleno de gloria y con alguna salud. En 5 años más, comprometo la primera y extingo la segunda; pero ante la visión del resucitar del decadentismo que nos envilecía, ofrezco a mi Patria, lleno de fe y de entusiasmo, este nuevo sacrificio».
Don Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanotes, reconoció que el Dictador «se movió siempre sin egoísmo y creyendo que realizaba una obra de justicia y de patriotismo». Pero Weyter en cierta ocasión dijo a Primo de Rivera:
«Mi general, hay una faena en los toros que llaman el coleo, cuya dificultad no está en sujetar al toro sino en soltarlo».

Por aquella fecha, se aprobaba el modelo de peto defensivo que, a partir de ahora, deberán llevar los caballos de los picadores en las corridas de toros.

El «peto defensivo» de los que gobernaba en Fuentes de Andalucía, era el hacer pequeñas cosas para embellecer al pueblo. Por eso el sábado 16 de junio del mismo año en sesión extraordinaria, se reunió la Corporación y haciendo uso de la palabra el Alcalde, don José Luis de la Escalera y Vasco, manifestó:
«El objeto de esta sesión es, que el Ayuntamiento adquiere parte de terreno de la casa número 43 de la calle Marqués de Nervión, propiedad de doña Antonia Sánchez León. En el conocimiento de todos los Concejales está la dificultad con que los vehículos, que circulan por la mencionada vía, se encuentran cuando quieren pasar a la calle Marquesa de Estella por lo estrecha de esta vía en la confluencia con la de Marqués del Nervión, siendo además un peligro constante para los peatones que circulan por la calle Marquesa de Estella en dirección y ya en la desembocadura de esta calle con la antes mencionada del Marqués de Nervión.
Para mayor claridad, lo que es necesario que desaparezca es la esquina de la referida casa, en unión con las calles antes mencionadas no solo por la razones antes expuesta sino también para el ornato y embellecimiento de la Villa y por todo lo expuesto creo que es necesario la compra a la propietaria de la finca de la porción de terreno que aprecia para dar a la entrada de la calle Marquesa de Estella la suficiente amplitud para que el tránsito se verifique con facilidad y sin peligro alguno para los viandantes.
Bien informado el Ayuntamiento Pleno de lo propuesto por el Alcalde, se aclararon algunas dudas que surgieron y después de bien deliberado y discutido el asunto en votación nominal ordinaria y por unanimidad se acuerda:
1º.- Facultad al Alcalde para que entable las negociaciones oportunas con la propietaria de la finada doña Antonia Sánchez León con el fin de que esta ceda en venta y por un precio razonable y parte de terreno que sea preciso para lograr que la calle Marquesa de Estella en su confluencia con la del Marqués de Nervión quede lo suficiente espaciosa para que el tránsito rodado se haga con facilidad y sin peligro para los que circulen por una de ellas para desembocar en la otra.
2º.- Facultad así mismo a la Comisión Permanente para que de no llegar el Alcalde y la propietaria a una inteligente propuesta, aporte aquella los acuerdos que estime más oportunos para conseguir el fin que el Ayuntamiento se propone llegando si fuese necesario a la expropiación de la finca, siguiendo para ello los trámites marcados en el Estatuto Municipal vigente y Ley de expropiación de 10 de enero de 1879.
3º.- Que se dé en su día cuenta al Pleno de los resultados obtenidos en cada uno de los apartados anteriores».

El jueves 12 de julio se vuelven a reunir los Sres. Concejales en sesión extraordinaria, puesto que de todos los señores Concejales era conocido el objeto de esta sesión por haberse expresado en la células de convocación, ordena el Alcalde al secretario la lectura a lo tramitado hasta el momento para la adquisición por el Ayuntamiento de la parte de la casa de la calle Marques del Nervión 41 por la que corresponda con la calle Marquesa de Estella al objeto del ensanche de esta última calle en su confluencia con la primera:
«Que con el informe emitido por el arquitecto que tienen nombrado el Ayuntamiento para las obras públicas que se vienen realizando, y con vista del plano y proyecto de ejecución de la obra necesaria para el derribo y levantamiento de muros al fin de conseguir el repetido ensanche, informe, plano y proyecto que van unidos al expediente incoado, dio comienzo a las gestiones para conseguir de doña Antonia Sánchez León, propietaria de la meritada finca urbana la compra-venta de la porción de dicha finca designada por el arquitecto, en el precio de 250 pesetas por el prefijado, desmoliendo el Ayuntamiento por su cuenta la expresada parte de casa y reconstruyendo así mismo el Ayuntamiento por su cuenta el nuevo muro que había de limitar la finca por la calle Marquesa de Estella; gestiones que si en un principio parecía no ofrecer resultados satisfactorios, más tarde, la citada dueña de la finca, ante el temor sin duda de una forzosa expropiación, avinose a ceder en venta al Ayuntamiento la parte de su casa por esta Alcaldía solicitada, y por el precio y condiciones que se le habían ofrecido, de todo lo que daba cuenta al Pleno según acuerdo tomado en la sesión antes referida.
Bien informada la Corporación tanto de lo actuado en el expediente que ha conocido, cuanto de lo expuesto por el Alcalde, después de una amplia y razonada discusión, estimando convenientemente el precio tasado por el arquitecto para la compra-venta de la parte de la casa, calle Marqués de Nervión 41 tal como se detalla en el plano que se une al expediente de su razón, considerando de justicia se de cuenta del Ayuntamiento la demolición y reconstrucción de muros para conseguir el ensanche proyectado en votación nominal ordinaria y por unanimidad acuerda:
Conceder al Alcalde facultad en derecho le fuere necesaria para que en nombre del Ayuntamiento compre a doña Antonia Sánchez León la tan referida parte de la casa de su propiedad tantas veces nombrada, por el precio antes dicho de 250 pesetas, autorizando con su firma el oportuno contrato; y que puesto que el costo de la obra a realizar no alcanza al limite a que puede llegarse para que pueda efectuarse por administración y dada la urgencia de dicha obra para que pueda continuarse la pavimentación de la calle Marquesa de Estella, una vez efectuado el Alcalde para que cuanto antes y tan pronto como tenga el contrato de compra-venta ya expresado, ordene, por administración la obra de demolición y reconstrucción de muros precisa para el renombrado ensanche.
A propuesta del edil don Salvador Adame Castro el Ayuntamiento unánimemente felicita efusivamente al Alcalde por el feliz y pronto resultado de sus activas gestiones».

miércoles, 11 de junio de 2008

EL CRIMEN DEL ESTANCO (1 JUNIO 1765)

Al día siguiente de los hechos, la justicia dicta requisitorias para encontrar el asesino y las envía a las ciudades, villas y lugares de los contornos, sin obtener resultado positivo alguno.

Las declaraciones continúan y así, puesto que la mujer del estanquero había aludido a lo escuchado por su vecina Carmen Muñoz, hasta su casa se dirige el alcalde el licenciado Agustín Gallego y Figueras y juez ordinario, acompañado del escribano Tomás Pérez del Olmo y contó lo siguiente:
«Estando sentada en compañía de su padre en dichas sus casas y cerrada la puerta de la calle oyó un arcabuzazo como a las siete y media, y respecto a lo que contó a la mujer del estanquero sólo puede decir que estando en el corral de su casa oyó a Sebastián Lora como le decía en el patio vecino a María Jesús Navas que tenía conveniencia del estanco de tabaco pero que no quería otro sino el de esta Villa y que había de vengar su ira. En esto que María Jesús, temiendo que alguien escuchara estas palabras, se asomó a la bardilla, y ya no pudo la pobre de Carmen Muñoz escuchar más cosas.»

No había, como se puede observar, muchos secretos entre vecinos.

María Jesús Navas ratificó lo escuchado por Carmen Muñoz desde su patio y confirmó que en la tarde del sábado 1 de junio de 1765, poco más de las cinco de la tarde, estuvo hablando con Sebastián en su casa. Éste primeramente le preguntó por sus padres, la madre estaba en la parroquia Santa María la Blanca y el padre en el pueblo de La Campana, y después le comentó que el estanquero le había enviado a su casa a una muchacha por un frasco de pólvora. Añadió:
« (…) que estaba disgustado por la ruindad que había ejecutado con él y que en otras partes tenía conveniencia de seis reales y medio todos los días y no lo quería porque había de ser estanquero en esta Villa dentro de diez días por bien o por mal o no había de gozar el estanco uno ni otro y dicho esto se despidió.»

Otro vecino, Pedro Morales, señaló:
« (…) que estaba sentado al fuego con su mujer y no hizo mucho caso al oír el disparo por haber tirado otros en otras ocasiones y a poco rato que no se podían rezar dos credos oyó asimismo una mujer en dicha calle, dando gritos dijo: “¡hijo de mi alma que me lo han muerto!” Y en dicha habla conoció ser la madre de Sebastián Lora. Sólo sabe, que Manuel y Sebastián estaban enojados y que una vez ocurrido el hecho vulgarmente toda la gente que acudió decían lo había hecho don Manuel Fernández y esto se decía públicamente.»

Sebastián Lora vivía con su esposa y con su madre, y a las dos también se les tomó declaración.
La esposa de Sebastián, Antonia María, afirmaría que aquella noche habiendo cenado los tres, su marido, como era habitual, tomó su espada y salió a la calle. Al poco rato oyó un arcabuzazo y, temiéndose lo peor, le dijo a la muchacha que servía en su casa que saliese corriendo y mirase qué disparo era el que se había tirado y luego al punto volvió la muchacha diciendo:
« ¡Antoñita a Sebastianito lo han matado! »

Ella no observó que su marido tuviese sacada la pistola aquella noche y sólo oyó decir que estaba quejoso del don Manuel por que le había echado del estanco sabiendo lo que había hecho por él y que hasta que le quitase dicho estanco no había de parar.

La madre de Sebastián Lora afirmó que su hijo:
« (…) después de haber cenado, se levantó, tomó su espada y la besó. Ella le preguntó a Sebastián que adónde iba y él le respondería que iba a andar un rato, para que no se le olvidara. Tras escuchar el disparo salió a la calle y cuando oyó a la muchacha dar gritos, aceleró el paso y se fue a la calle donde halló a su hijo muerto y a sus gritos acudió mucha gente. No sabe si su hijo llevaba aquella noche la pistola que se le encontraron además de la espada.»
Más tarde el herrero y cerrajero de Fuentes de Andalucía, hará por orden de la Justicia, un reconocimiento oficial de las armas que portaba Sebastián Lora en la noche de autos describiéndolas de esta forma:
«La pistola es pequeña de menos de cuarta de largo, estaba corriente para poderla disparar y cargada teniendo su pedernal prevenido donde le corresponde y habiendo con una baqueta y sacatrapos descargado dicha pistola tenía una bala y siete postas y su pólvora con que también estaba cebada. Y respecto al puñal es cuatro esquinas delgado bien atilado con su horquilla en el cabo y su botón para el descanso de la mano y la cuchilla o barra esquinada de dicho puñal es de largo del grueso de ocho dedos.»

Al día siguiente se dicta auto de prisión contra el estanquero homicida al que se le describe:
Como pequeño de cuerpo delgado, la cara rubia y el cabello cortado, algo calvo y algo pecoso en la cara con unas cicatrices o señales en el pescuezo como de lamparones.

Pero el estanquero no aparecería por ningún sitio una vez examinado las partes públicas y secretas, los mesones y las tabernas de Fuentes de Andalucía y de los pueblos del contorno.

Las autoridades provinciales no iban a actuar como meros convidados de piedra en este asunto. Con fecha cuatro de junio, el Corregidor de Ecija y Superintendente General de Rentas Reales, envía un despacho al Alcalde y Juez Ordinario de Fuentes de Andalucía, instándole a que se inhiba en el caso y no ponga obstáculos a la justicia.

Para ello nombra al Visitador General de la Renta de tabaco, como único Juez Ordinario. En dicho despacho se ofrece una versión distinta de los hechos, más favorable al estanquero de Fuentes de Andalucía, y se apunta que Sebastián Lora y el testigo Pedro Morales estaban esperando a don Manuel y que hubo un forcejeo entre ellos del que también salió herido el estanquero que iría a refugiarse al Convento de los padres Descalzos de Fuentes de Andalucía, donde se encuentra en estos momentos.

El Corregidor de Fuentes de Andalucía, don Agustín Gallego y Figueras, no acepta que la jurisdicción del asunto deba pasar al Visitador de la Renta de tabaco y tras consultarlo con su asesor jurídico el escribano don Tomás Pérez del Olmo, declara que él es el competente en el caso, lo que es ratificado por la suprema instancia judicial de Andalucía, la Real Chancillería de Granada.

Sucesivos autos de prisión, el último tiene fecha de cinco de julio, se pregonan por las calles de la villa y en las de los pueblos vecinos. Muchos vecinos de Fuentes de Andalucía, estarían expectantes por ver llegar al estanquero y maestro de escuela de Fuentes de Andalucía, para entregarse a la justicia, pero don Manuel Fernández huyó para siempre a otras tierras, quedando el crimen del Estanco, como tantos otros, impune para siempre.

La muerte de Sebastián Lora, rompió la rutina de Fuentes de Andalucía, de poco más de dos mil habitantes y del que se ofrecerían múltiples versiones. Seguramente los forasteros que vinieran al pueblo por las fiestas de septiembre estarían deseosos de saber lo que realmente ocurrió y en la próxima viajá a la Campiña, los jornaleros vecinos de Fuentes de Andalucía, seguirían añadiendo detalles, reales o inventados los más, al crimen del Estanco.

jueves, 24 de abril de 2008

EL INICIO DE LA REPÚBLICA EN FUENTES DE ANDALUCÍA



La II República se proclama el martes 14 de abril de 1931, antes, el Gobierno de Juan Bautista Aznar Cabañas, convoca elecciones municipales con el objeto de que las elecciones a Cortes Constituyentes se hicieran con unos ayuntamientos populares y democráticos.
En el gabinete del almirante Juan B. Aznar Cabañas, había dos corrientes monárquicas contrapuestas: La corriente “dura” representada por La Cierva (alta burguesía), y la corriente “blanda o transigente”, dispuesta a pactar con los republicanos, en ese momento en la cárcel Modelo de Madrid, representada por el Conde de Romanones.


Las elecciones municipales se convocan para el domingo 12 de abril de 1931. No obstante, previamente se había publicado una Real Orden del Ministerio de la Gobernación, en la que SM. Alfonso XIII dispone los pasos previos para llevar a cabo dichas elecciones y esto lo ordena en Madrid el martes 10 de marzo de 1931.
En estos últimos días de la Monarquía, el Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía estaba presidido por el conservador Juan Alejandre Aguilar Galindo.






En el Pleno extraordinario de fecha sábado 14 de marzo y una vez aprobada el acta de la sesión anterior se dio lectura a la R. O. de 10 de marzo de 1931, que se publicó en la Gaceta Nacional el 11 y en el Boletín Oficial de la Provincia el 12 de marzo.
Los concejales, una vez oída la R. O. y teniendo delante la Ley Municipal del 2 de octubre de 1877 aún vigente, procedieron a conocer que número de concejales correspondía a Fuentes de Andalucía, esto en base al articulo 35 de la citada ley. Le correspondían 14 concejales.


A continuación se mantiene la población dividida en dos distritos, teniendo en cuenta el articulo 13 de R. D. de 11 de 1890 que derogaba el articulo 42 de la Ley Municipal de 1877, y a la vista de los antecedentes de que en el primer distrito le correspondía 5 concejales y al segundo distrito 9.
Finalmente, se acordó colocarlo en el tablón de anuncios y remitir al Gobernador Civil de la provincia, copia de la sesión plenaria donde se daba cumplimiento a la R. O.
Esta sesión duró una hora, levantándose a las 13 horas.



La certificación estuvo expuesta en el tablón de anuncios hasta el sábado 21 de marzo, no habiendo sido presentada reclamación alguna.
El domingo 15 de marzo se envió a Sevilla relación certificada de los concejales del Ayuntamiento en el período de 20 años anteriores a esta fecha que también se fija en el tablón de anuncios.


El viernes 20 de marzo aparece en el B. O. de la Provincia el proyecto de R. D. presentado al Rey por el presidente del Consejo de Ministros, Juan B. Aznar Cabañas; contenía cinco artículos. En el segundo se fija el calendario de elecciones:
«Domingo, 22 de marzo: Publicación de la convocatoria.
Domingo, 29 de marzo: Designación de adjuntos en las mesas.
Domingo, 25 de abril: Proclamación de candidatos.
Jueves, 16 de abril: Escrutinio.»


Medalla proclamación de la República en plata.

Preveía la exposición del Presidente del Consejo de Ministros que para el sábado 16 de mayo estarían los Ayuntamientos constituidos.
En estas Elecciones los concejales de Fuentes de Andalucía elegidos fueron:
Liberales:
José María Conde Herce
José Soto Durán
José León Gómez
José Fernández Tamarit
Manuel Muñoz Llorente
Manuel Tortolero



Conservadores:
José Luis de la Escalera y Vasco
Antonio Conde
José Rodríguez Aguilar
Juan Alejandre Aguilar Galindo
Manuel Jiménez Ortega



Casa del Pueblo:
José Ruiz Martín
Sebastián Ruiz Galiano
José Gómez Pérez.







El mismo jueves 16 de abril, tras citar a los miembros de la Corporación existente y a los concejales electos, se reúnen en el salón de Plenos de la Casa Capitular y se procede a la aprobación del acta anterior, se da lectura al telegrama del Gobernador Civil por el que se había de dar posesión a los nuevos concejales ya que el martes 14, se había posesionado en Madrid el Gobierno Provisional de la República.

Una vez leídos los artículos correspondientes se procede a la elección de alcalde. Resulta elegido el conservador Juan Alejandre Aguilar Galindo.
En el paseo del Ayuntamiento había un gran número de vecinos, se acuerda ser izada en el balcón principal del edificio la Bandera Tricolor, cuando se compre porque hasta la presente no había ninguna.
Al día siguiente se remitió el acta constitucional al Gobierno Civil de la Provincia.




Se transcribe íntegramente el bando escrito por el alcalde con motivo de la proclamación de la República:


«DON JUAN ALEJANDRE AGUILAR GALINDO, ALCALDE PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE ESTA VILLA:
Hago saber: que por el Ayuntamiento constituido en el día de hoy a base de los Concejales que el cuerpo electoral designó el día 12 del corriente mes, he sido nombrado Alcalde presidente.
Al encargarme del mismo en las presentes circunstancias en que la República ha sido proclamada en toda España, dirijo un saludo muy afectuoso y cordial a todo el vecindario, esperando que la cooperación de todos ayude mi labor en estos momentos tan interesantes para el porvenir de la Patria, cuya grandeza y salvación debe estar por encima de todo.
Recomiendo especialmente el mantenimiento del orden que es la principal misión en los momentos actuales, recomendación que parte del Gobierno Provisional que rige nuestros destinos.
Creo del caso hacer presente que ahora y en todo momento es mi ánimo administrar la más estricta justicia y en tal estado advierto al vecindario que cualquier queja o reclamación que tenga que hacer la produzcan en la oficina municipal, habiendo de ser admitidas todas y resuelta con espíritu de equidad. Consecuencia de ello es que, cualquier desorden que pueda producirse será corregido con el mayor rigor de lo que las leyes o disposiciones especiales prevengan.
¡FONTANIEGOS!
¡VIVA ESPAÑA!
¡VIVA LA REPÚBLICA!»




Se levantó acta con fecha de jueves 16 de abril, pero el día anterior se había recibido en el Ayuntamiento un Oficio del Gobernador Civil en el que había de posesionarse a los concejales electos, así como dar inmediata cuenta de la afiliación política de los mismos. 


También indicaba el Oficio que en que trabajaban:
« (...) caso de ser nombrado alguno que no sea del régimen republicano no se pondrán obstáculos».






Según el periódico "ABC", del domingo 19 de abril, en la página 56 dice como sigue, trascripción literal:
«Fuentes de Andalucía. El día 16, a las nueves de la noche, y sin incidente alguno desagradable, fue proclamada la República en esta población.
A la indicada hora se formó una numerosa manifestación, que, con una bandera roja, recorrió todas las principales vías, dando vivas al nuevo régimen.
Llegados que fueron al Ayuntamiento se establecieron a las puertas del mismo, hasta que llegara el alcalde saliente don Juan Alejandre, y el designado para sustituirle, aunque provisionalmente, don Manuel Muñoz Conde, médico titular de ésta.
Acto seguido y en medio de grandes aclamaciones y animación general, fue izada la bandera roja en el balcón principal del ayuntamiento. Este acto fue amenizado por la banda municipal, que interpreto varias composiciones de su repertorio. Al salir don Manuel Muñoz, que desde el balcón había dado varios vivas, que fueron contestados por la multitud, fue acompañado casi en hombro por sus correligionarios, que el seguían.
Para solemnizar este acontecimiento se celebra huelga general de todos los gremios, con cierre de establecimientos, comercios, y barberías, quedando solo abiertos los comestibles. Por la tarde se celebró una manifestación solemne, después de constituido el nuevo Ayuntamiento.
A las 4 de la tarde, partiendo de la Casa del Pueblo, se formó la manifestación anunciada, en la que iban cuatro banderas y la banda municipal, recorriendo todas las calles hasta llegar al Ayuntamiento, donde la banda ejecutó el himno del nuevo régimen, que oyeron descubiertos la inmensa multitud que se apiñaba en la plaza. La mayoría y muchas mujeres lucían lazo tricolor o encarnado. La manifestación siguió su recorrido, hasta que a las seis se disolvió sin tener que lamentar incidente alguno desagradable. Desde antes de la manifestación se ordenó el cierre de tabernas hasta las seis de la tarde. Algunas banderas eran llevadas por mujeres, ataviadas con distintivos rojos. Por la noche hubo música y algunos grupos de manifestantes dando vivas. Destruyeron rótulos de varias calles para sustituirlos por otros. El día 18 salieron al trabajo todos los obreros y el orden es completo›.




En Fuentes los días 15 y 16 hubo manifestaciones y fiestas amenizadas por la banda musical, al izar la bandera roja, porque no había la tricolor, el himno que tocaron fue “la Marsellesa”, porque no sabían cual era el de la República.


«Y en la casa del pueblo constituyeron un Gobierno Provisional y pusieron de alcalde a Dionisio Sánchez Fernández, socialista; pero cuando al atardecer llega al pueblo de Fuentes de Andalucía, Manuel Muñoz Conde, medico titular del pueblo, que había estado ausente en su cortijo de la Humosa, forman una Comisión Gestora que quedó integrada por los siguientes miembros:


Republicano:
Manuel Muñoz Conde
José Lora Santana, “Pepe el de la Mohína”, dueño de la Posada que actualmente está en la plaza de Andalucía.
Serafín Ruiz Ramos
Francisco José Marín Peña
Cristóbal Muñoz López
Cristóbal Muñoz Llorente
Manuel Sánchez Caro
Plácido Muñoz Fernández
Juan Tirado Caro
José Naranjo García
Manuel Narváez Conde


Socialista:
Ildefonso López Gallego
Juan Antonio Caro Ruiz
José Villar García
Cristóbal Fernández González

Precisamente, el miembro de esta Comisión Gestora, Manuel Muñoz Conde le nombraron alcalde.»


Manuel Muñoz Conde, primer alcalde republicano de Fuentes de Andalucía.


El 26 de abril el Presidente de la Comisión Gestora de Fuentes de Andalucía, don Manuel Muñoz Conde, saca un bando para los vecinos, donde decía:
«Don Manuel Muñoz Conde, Presidente de la Comisión Gestora y delegado del Gobierno Provisional de la República Española, en el Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía, digo:
Que instaurada la nueva Institución en nuestra Patria de una manera incruenta y evolutiva por sanción del pueblo manifestada de un modo abrumador en los comicios últimamente celebrados, es de mi deber, luego de tomar posesión del puesto para el que me designó el Poder Central, manifestar espontánea y cordialmente mi entusiasmo por la apoteósica manifestación cívica que el municipio de Fuentes de Andalucía rindió el día de la proclamación de la República al nuevo régimen; y en la que imperó el más absoluto orden, hecho tanto más laudable cuanto que los ánimos de los habitantes de este término municipal estaban bajo la impresión de recientes atropellos.
Por esto mismo, quiero y espero de la civilidad de los habitantes de la Villa y su término municipal y de su amor a las Instituciones, que se conduzcan y comporten con toda mesura, y con todo respeto a los derechos de ciudadanía, que son, al fin y al cabo, la ley suprema que informa la estructuración del Estado Republicano naciente.
Auxiliar al infrascrito en el cargo que, si siempre es difícil, lo es más todavía en períodos de transición y máxime cuando la labor a ejecutar tiene que ser de Justicia, que no se subyugue ante el halago, ni se doblegue ante la amenaza, es un deber que tenéis y que no podréis rehuir so pena de incurrir en lesa ciudadanía.
Al saludaros, y ofreceros, rompiendo con todo protocolo y rutinarismo, mi puesto, he de formularos la siguiente advertencia: que las recomendaciones quedan, en lo que a mi afectan, absolutamente proscriptas. El que tenga derecho a conseguir algo, desde luego y por adelantado, lo tiene conseguido; quién pretenda trato de favor, que acuda a otro lado, que yo, atendiendo a mis convicciones políticas, no he de dar satisfacción ni cumplimiento más que a la equidad, a la rectitud y a la honradez, como exponentes de uno de los más augustos lemas de la República Española, que es la Justicia.
Y pasando ahora a normas que han de regir implacables e inexorablemente; es decir, sin titubeos, ni vacilaciones, ni desfallecimientos.

HAGO SABER:
Primero.-
Que a fin de depurar las responsabilidades administrativas en que hayan podido incurrir las personas que rigieron este municipio desde el año de 1923, se abre una información pública, teniendo derecho todos los ciudadanos que hayan sido lesionados en sus intereses tengan conocimiento de alguna resolución que perjudique los municipales o a comunicarlo a esta Comisión Gestora en el plazo de un mes; recibiéndose por el Presidente de dicha Comisión las quejas que se formulen de once de la mañana a una de la tarde, en la Secretaría del Ayuntamiento.
Segundo.-
Queda prohibido el retirar estiércoles en esta Villa, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche.
Tercero.-
Arrojar aguas o cualquier clase de inmundicias a las calles, en todo tiempo, y sacudir alfombras hacia la vía pública, desde las ocho de la mañana, pudiendo tenerse la basura depositada en un cajón en los portales para que la recoja el barrendero.
Cuarto.-
Depositar en las calles maderas o materiales de construcción de cualquier clase, y
Quinto.-
No se permitirá la ejecución de obras lindantes con la vía pública, sin la construcción de una valla que ofrezca absolutas seguridades, aislando de todo riesgo a los transeúntes.
La infracción de las disposiciones contenidas en el presente bando, será castigada con multa de cinco a cincuenta pesetas, si son cometidas después de las 24 horas de su publicación.


¡Ciudadanos fontaniegos, Salud y República!


Fuentes de Andalucía 26 de abril de 1931.

Manuel Muñoz Conde»









martes, 25 de marzo de 2008

BANDOLERISMOS EN FUENTES DE ANDALUCÍA



En el último tercio del siglo XVIII y primero del XIX, el cultivo de la tierra en Fuentes de Andalucía, al igual que en toda “La Campiña sevillana”, se diversificaba en las tres modalidades territoriales que la caracterizaban:
—La Dehesa, de monte bajo.
—El Cortijo, de tierra “calma”, dedicado al cultivo del cereal de secano.
—La Hacienda, olivarera.
Otras causas que se dieron durante esta época y que fijaron el estado social que dio origen a que los campos de Fuentes de Andalucía se corrompieran de bandidos fueron:
a) las epidemias de los primeros años del siglo XIX.
b) La Guerra de la Independencia contra el invasor francés.

La primera de estas epidemias se desencadenó en el mes de Junio de 1800; el foco de origen estuvo en Cádiz y muy pronto se propagó por toda la comarca fontaniega. Asoló casi todos los pueblos y echó al campo a la mayoría de sus habitantes, que trataban de librarse de posibles contagios. No había hecho nada más que remitir esta primera epidemia en mayo de 1801 cuando, en octubre del mismo año, nuevos brotes de la misma hacen que otra vez los campos se pueble de jornaleros necesitados y de mendigos.
A las epidemias de los años 1800 y 1801, se unió la mala cosecha del año 1803 y la nueva epidemia de 1804 que agudizó el hambre e incrementó las huidas al campo. En Fuentes de Andalucía, según los Cabildos de la época, la epidemia fue muy fuerte. Fueron muchos los jornaleros que huyeron al campo y, libres de toda vigilancia y faltos de recursos, pedían limosnas en los caseríos o tomaban por la fuerza lo que necesitaban para ellos y los suyos; y estas circunstancias llevaron a una gran cantidad de hombres fontaniegos honrados a convertirse en salteadores de camino.
Esto lo comprobamos en el siguiente Oficio del Alcalde Mayor de Ecija de 1804, que dice textualmente:
«Siendo público y notorio a todo el vecindario el escándalo y abandono con que se han arrojado muchas cuadrillas de gentes, en las inmediaciones de esta ciudad a robar las caserías, cortijos, Eras y conductores o arrieros de pan que vienen de Fuentes de Andalucía, en tal disposición que apenas persona alguna se atreve a salir al campo por miedo a ser robada, herida o muerta, como ya ha sucedido por la inundación y plaga de pobres que habiéndose quedado sin trabajo y sin poder subsistir (…).
Ecija 20 de agosto de 1804.
Don. José Joaquín de Santamaría: Sr. Corregidor del ilustre Ayuntamiento de esta Ciudad».
De este Oficio sacamos que había fontaniegos que iban a Ecija a vender pan.


También la cosecha de granos de 1805 fue mala en Fuentes de Andalucía y así mismo las de 1806 y 1807; esto provocaron el aumento del número de hambrientos en los campos, siendo continuos los robos y fechorías que se cometían. Los Cabildos fontaniegos de estos años hablan de cuadrillas de bandoleros hambrientos.
A estos dos factores de epidemia y hambre viene a añadírsele el de la intranquilidad pública en 1808 y 1809, por la invasión francesa; éste es el factor último que explica lógicamente el que las autoridades no pudieran poner coto al aumento de bandoleros en el campo y, en consecuencia, a la formación de cuadrillas de ladrones.

Fuentes de Andalucía fue una de las poblaciones de Andalucía que respondieron con mayor entusiasmo al llamamiento general que hizo la Junta de Sevilla en 1808, para incorporarse con el general Castaño que había tomado el mando del ejército de Andalucía. Se juntaron con un batallón y un escuadrón que salió de Carmona.
Durante la dominación de los franceses en Andalucía, aunque las poblaciones quedaron bajo su tutela, el campo quedó en manos de guerrilleros que, aunque combatieron al invasor, no dejaron de robar al amparo de las armas españolas. Malhechores, contrabandistas y bandoleros se vieron premiados con indultos y, además, con el pretexto de combatir a los franceses, fueron ayudados, cobijados y ensalzados por el pueblo; se convierten en héroes populares que, cuando los invasores se retiran de Andalucía, son privados de la popularidad, la vida libre y anarquía, y quedan relegados al olvido por los que antes los ensalzaban; así se convierten en bandoleros y contrabandistas.
Terminada la guerra contra los franceses, la mayoría de los guerrilleros que tan heroicamente habían luchado contra ellos, vuelven a sus casas, y otros, desde luego la minoría, acostumbrados durante cuatro años a una vida agitada y regalona, no se resignan a renunciar a ella y continúan en el campo, ya no persiguiendo y matando a franceses, sino robando en cortijos, asaltando caminantes, exigiendo contribuciones, quemando las cosechas a los que no la pagaban, e hiriendo y matando a todo aquel que se oponía a sus exigencias. Así ocurre con unos pocos de hombres, admirados antes por su pueblo y admitido ahora por temor.

En los primeros años, 1812 y 1813, son continuos los robos y quemas de cosechas tanto en Fuentes de Andalucía como en los pueblos limítrofes: Marchena, Carmona, Ecija. Estos pueblos se ven obligados a defenderse y para ello crean compañías de escopeteros y rondas armadas.

En Fuentes de Andalucía, en el mes de septiembre de 1812, pocos días después de abandonar la Villa el ejército francés, se celebró un acto presidido por la Junta Popular donde se decía:
« (…) El Corregidor hizo presente, son repetidas y así continuadas las quejas que se le están dando de los frecuentes robos y otros exceso y crímenes que se están cometiendo en el término de esta Villa, hasta llegar al extremo de haberse arrojado a lo interior de ella, cuadrillas considerables de bandido y malhechores (…)».
En aquella Junta Popular se acordó crear una partida de escopeteros que estarían formado por 15 hombres a caballo y 8 a pie. En noviembre del mismo año, el Capitán General, Conde del Abisban, aprobó estos nombramientos.

El sábado 28 de noviembre de 1812, el Capitán General da una orden por la que se crean partidas de paisanos honrados para defenderse de bandidos y malhechores en todo el Partido Judicial de Fuentes de Andalucía.

Como vemos por estos documentos, en todo el termino fontaniego, es tal el estado de cosas al que se ha llegado que en tan solo 10 días, se forma una partida de escopeteros y una ronda armada y, en pocos más, se limpia de bandoleros y malhechores los términos de los pueblos que forman el partido judicial.

El sábado 12 de diciembre de 1812 llega un expediente al Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía del de Ecija diciendo, que salgan conducidos para Sevilla los individuos siguientes:
«Francisco Benavente, Antonio Gregorio López y José Lorenzo García, los tres de La Campana.
José Reyes, de Fuentes de Andalucía.
Juan Antonio Martínez, de La Luisiana».
Es muy posible que estos ladrones, cogidos todos en el campo, actuaran solos y no en cuadrillas.

Por falta de fondos el Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía disuelve la partida de escopeteros en el año 1913, y los malhechores, organizados en pandillas de 5 a 7 hombres, comienzan nuevamente a robar en caminos y cortijos de su término, a pedir contribuciones a los hacendados y comerciantes, amenazan a guardas del campo, vigilantes, jornaleros de cortijos, a escribientes de los ayuntamientos, y se alían con desaprensivos señoritos con los que comparten sus robos de ganados y los alijos de las diligencias y otros caminantes.


Empieza el temor por parte de los propietarios y hacendados, de sus cortijos y haciendas ya que sirven de refugio a estas pandillas de ladrones.
¿Y cómo se comportan los habitantes de la villa de Fuentes de Andalucía, ante esta cuadrillas de “malhechor”, amos del campo y de la villa?
Los Cabildos de los años 1814 a 1817, son claros al respecto. Algunas veces queriendo terminar con la situación creada, otras como si el problema no les afectara y, en ocasiones, poniendo el asunto en manos de las autoridades de Ecija.

martes, 26 de febrero de 2008

BANDA MUNICIPAL DE MÚSICA AÑO 1934


En el último Pleno Municipal de 1934, pidió la palabra el concejal José Hermógenes González Herce, al alcalde José Soto Durán, para decir:
—Para que la Banda Municipal se auto subvencione ella misma, yo propongo que la Banda dirigida por el maestro de música don Salvador Aparicio, empiece desde el segundo domingo de diciembre, hasta terminadas las fiestas de la Navidad, una serie de conciertos en los que ejecutará selectas partituras de clásicos.
Tenemos pensado que tenga lugar a las once de la mañana en el teatro Campoamor, siendo la entrada de pago y precisándose para dar comienzo el contar con un abono determinado que garantice los pequeños gastos que la organización de los mismos acarrea. Siendo así, ya no actuarían los domingos por la tarde en el paseo, ni los jueves.
Las localidades se despacharán a los precios siguientes:
Por concierto Por abono de 6 conciertos
Butacas patio 1,50 7,50 pesetas.
Butacas principal 1,00 5,00 pesetas.
Entrada general 0,50 5,00 pesetas.
Los beneficios líquidos serán distribuidos en la siguiente forma: 50 por ciento para los músicos y el 50 por 100 restantes se utilizara para enriquecer la Biblioteca de la Banda con la adquisición de nuevas partituras.

El teatro Campoamor estaba ubicado en lo que hoy es la Caja San Fernando (calle Mayor), antes se llamaba “Salón Andaluz” y era propietario Manolo Lora Santana, “Manolo el de la Mohína”, pero se lo vendió al dueño del cine de Marchena, que se llamaba “Cine teatro Campoamor”, de ahí el nombre. En el “Salón Andaluz”, actuó por primera vez Pepe Marchena, ganando un concurso de aficionado, siendo aun niño. “Manolo el de la Mohína” dejaba dormir en su casa al niño Pepe el de Marchena.



El concejal José León Gómez, pregunto si ya sabía las piezas que iban a instrumentalizar:
—Según me ha informado el director don Salvador Aparicio, serán ejecutadas las siguientes:
Autor Beethoven: Minueto de la octava Sinfonía, Scherzo y Adagio de la 14 sonata Egnon, obertura.
De Wagner: Hoja de álbum, capricho sinfónico. Encantos de Viernes Santo. Tannhäuser, fantasía. Lojegrin, marcha nupcial.
Mendelson: Ruy Blas, obertura.
Gounod: Philemon et Baucis, danza de los blacanes.
Mancinelli: Cleopatra, obertura.
Saint Sdëns: Danza macabra, poema sinfónico
Rossini: Barbero de Sevilla, obertura Guillermo Tell, id,
Haydn: Minueto de la Sinfonía militar.
Haendel: largo
Leoncavallo: Payasos.
Puccini: Madame Butterfly, fantasía.
Weber: Preciosa, obertura.
Massenet: Panurge, selección.
Panchielli: Las Gioconda, bailables.
Usandizaga: Mendy Merndiyan, las Golondrinas, fantasía, las Golondrinas, pantomima.
J.C. Arriga: Pastoral.
Julio Gómez: Cromos españoles.
Isaac Albeniz: Aragón.
Escobar: Andalucía, suitte sinfónica.
Granados: Goyescas, rondalla aragonesa.
Jiménez: La Torre del oro, preludio sinfónico”.

El concejal Francisco Márquez Caro, preguntó que cuanto ganaban los músicos.
A lo que el señor alcalde, José Soto Durán le contestó:
—Los de primera categoría, cobran treinta duros al mes y los de segunda categoría, veinte duros al mes. Y no se le puede pagar más porque si lo que le pagamos, pasa de quinientas pesetas, les tendríamos que pagar la seguridad social.

En el mismo pleno municipal, el concejal Fernando Lozano de la Hera, tomó la palabra para invitar a los vecinos de Fuentes a una conferencia:
—Continuando el ciclo de conferencias organizado por el partido Acción Popular de Fuentes, el próximo sábado, día 29 y a las nueve y media de la noche, ocupará la tribuna el secretario de este Excmo. Ayuntamiento don Luis Prieto Vega, quien desarrollará un tema de actualidad. Tendrá lugar, como de costumbre, en el domicilio social del partido, en la calle Las Flores, permitiendo el acceso al mismo a los afiliados republicanos, miembros de las agrupaciones socialistas, radicales y de la Casa del Pueblo.

Hay que recordar que el miércoles 10 de octubre de 1934, el gobernador sustituyo algunos ayuntamientos de la provincia de Sevilla, entre ellos el de Fuentes, por diez concejales Radicales y cuatro de Acción Popular
La banda de música, fue fundada con el apoyo del ayuntamiento de Fuentes siendo alcalde Manuel Cárdenas Aguilar “Cardenitas”, y Juan Alejandre Aguilar Galindo.


En el primer pleno municipal de 1935, el concejal José Hermógenes González Herce, ya terminado el orden del día, leyó lo siguiente:
— ¡Se ha equivocado Vd., maestro don Salvador Aparicio, se ha equivocado! Y no se ofenda por esta aseveración mía. Yo sé, además, que no se ofenderá. Porque cuando el error, aún siendo lamentable, es consecuencia de un propósito noblemente concebido y llevado al terreno de la práctica con alteza de miras, yo me atrevería a decir que merece aplauso; la causa que lo origine jamás podrá ligarse a la concepción sana del proyecto.
Yo recuerdo que una noche, la noche en que tuve la satisfacción de estrechar la mano que ahora mueve hábilmente la batuta, Vd. me hizo un raudo esbozo de sus proyectos de director de la Banda Municipal, y llegó a entusiasmarme aquel optimismo admirable que animaba a su charla amena. Confieso que después de nuestro primer saludo de despedida, abrigué una magnifica esperanza.
Imaginé para esta banda que Vd. dirige, un porvenir, que se me antoja no muy lejano, como de tiempos del Siglo de Oro. Y contemplé, en aquel momento de fantasía, a este grupo de trabajadores de la música, agradecidos por una protección, viendo lucir, junto al hierro puntiagudo del asta de su bandera, flamante y vanidosa, el codiciado trofeo de la victoria bien ganada en reñida contienda de los últimos conciertos de Navidad. Y escuché ensordecedores aplausos, que eran el más preciado galardón con que los fontaniegos premiaban el éxito de los conciertos de Navidad. Y lo vi a Vd., erguido, sonriente y satisfecho, marchando al compás de un pasodoble marcial, recoger con eufonía aquellos aplausos que representaban la coronación de una obra de artistas consagrados.
Más tarde, confié en que esto, que no había pasado de ser un capricho de mi imaginación, llegaría a plasmar en la realidad; y esperé deseoso de que el tiempo me concediese la razón. Mas no fue así. Yo también, maestro Aparicio, me he equivocado, en aquella decidida protección por mi soñada, que encerraba una perspectiva económica halagüeña. No ha dejado de ser una utopía estúpida. Y aquel loco entusiasmo de los fontaniegos amantes de lo bello, no me negara Vd que ha sido otra quimera; así nos lo dijo el vacío del Teatro Campoamor, durante el sexto concierto.
Ciertamente, es muy lamentable que estos conciertos, cuyo valor no tenemos que encarecer, hayan sido ejecutados ante un auditorio no más numeroso que de quince personas. Personas que aplaudían con entusiasmo al mismo tiempo que con pena.
Yo sé, querido maestro Aparicio, que ello no ha de mermar sus esfuerzos ni ha de entibiar sus ilusiones ardorosas. Y no dudo de que algún día aquello que yo soñé haya de convertirse en hechos que darán fe de la justicia que acompañaba a una noble aspiración.
Mientras tanto, le emplazo a que en las próximas fiestas de Fuentes, escuche las ovaciones calurosas que se tributen a las murgas carnavalescas.

lunes, 28 de enero de 2008

MUJERES FONTANIEGAS PIDIENDO AGUINALDO

El balance económico de la guerra de Marruecos, en el bienio 1920-21, fue francamente desastroso para la Hacienda española. Se gastaron 211,5 millones de Ptas. en el conflicto, para obtener un resultado malo. Los desastres de este año, como los de Annual y Monte Arruit, pusieron en evidencia que a pesar de lo gastado, los medios del ejército son anticuados e insuficientes. La modernización del material bélico se hace indispensable, pese a que ya se ha comenzado a enviar nuevo material en el pasado mes de septiembre.

Los desastres, la falta de triunfo significativo y el coste tan elevado de la contienda hacen que la importante corriente abandonista, que se desarrolla desde hace algunos años, se reafirme. Tanto es así, que en los programas electorales de las formaciones políticas, como la socialista, se presenta el abandono de Marruecos y la repatriación de los españoles que se encuentran en la zona, como un fin primordial.
En Fuentes de Andalucía el martes 15 de noviembre de 1921, hubo una reunión de señoras que junto al párroco de la localidad, don Manuel González López, conocido en Fuentes por “el cura Marta”, en la cual se trató de la forma de recaudar fondos, para el aguinaldo de Navidad a los soldados de esta localidad, que prestaban sus servicios en África y que entendían que el Ayuntamiento debiera contribuir con una considerable cantidad, puesto que dicha suscripción era patrocinada por este municipio, tuvieron una reunión con el alcalde, don José María Conde Herce y con el teniente de alcalde don Manuel de Cárdenas Aguilar.

En esta foto se puede ver el enterramiento de los caídos en Arruit. En ella un capellán castrense bendiciendo los restos. Fuera del recinto, se vislumbra el camión que los transportó hasta el improvisado cementerio en cajones, uno de los cuales aparece aun lleno de huesos junto a la fosa, que se encuentra parcialmente cubierta de cal. Al fondo y arriba el fuerte de Monte Arruit.


En el pleno celebrado el lunes 21 de noviembre, constituido por los siguiente señores: el alcalde, José María Conde Herce; y los concejales Manuel de Cárdenas Aguilar, Juan Carrera Flores, Francisco Pruna Miranda, Antonio Márquez Andrade, Juan Manuel Gallardo Lora, Antonio Díaz García, José Soto Duran, Martín Cantalejo Ramos, Teodomiro Aguilar López, Francisco Morillo Caro, José Fernández Lora, Eufemio Barcia Adalid, Francisco Medrano Vega. Se acordó lo siguiente:
«Deliberó largamente la Corporación sobre el particular y visto que la idea es caritativa y patriótica hasta lo sumo, por unanimidad acordó contribuir con la cantidad de 250 pesetas, con cargo al capitulo de imprevistos quedando autorizado el Alcalde para que ordene se libre la cantidad acordada».


Salvo los militares, contento en conjunto con la guerra, eran muchísimo más los que veían que las colonias ya no sólo no daban prestigio a España, sino que eran un gravamen demasiado pesados, tanto económicamente como en vidas humanas.

En el carnaval de 1922, la estudiantina del Clarín cantaba una murga en forma de carta, Luis de “la Gamerita” era su autor:

Melilla, tres de enero,
de mil novecientos veintidós.
Querido amigo:
Un favor de ti espero,
que no digas lo que te escribo.
Hace tres días que me encuentro
en un hospital metido,
que defendiendo un convoy,
de un balazo caí herido.
Los soldados, a montones,
mueren cuando entramos en acción
y aunque tenemos cañones,
no hay vergüenza ni valor.
También en los campamentos,
pasamos hambre y fatiga,
y aunque pasemos tormentos,
nada a mis padres les digas.
No tenemos ropa ni comida,
la miseria nos come y nos mata;
nos llevamos toda nuestra vida,

defendiendo minas granujas y piratas.